Deportes Extremos
En pleno auge de los deportes extremos, nos encontramos con el problema de que algunos quedamos afuera por los costos. En este espacio pretendo dar soluciones a este problema, para que TODOS disfrutemos de este boom y podamos matarnos por poca plata.
Una podría ser enganchar al tipo que limpia los vidrios de un edificio y proponerle por unas monedas que te suba hasta el quinto piso, para luego soltarte vertiginosamente en caída libre hasta el primero, donde "debería" tensar la cuerda y permitir un arribo suave al piso. La emoción que experimentaremos será similar a tirarnos desde un acantilado, con rocas esperándonos abajo y atados por los pies.
Sino podemos ir a algo menos peligroso. Que tal esos colectivos que tienen en su parte trasera un par de plataformas para pié y un par de manijas. Esto sería totalmente gratuito. Cuando el colectivo frena, uno se hace el distraído, como que va a cruzar por detrás y subiéndose a la plataforma se agarra de las manijas. Tendremos un viaje que mezclará dos emociones, la viajar en un descapotable a 200 Kmts por hora con la de viajar parado en el lomo de un elefante.
También podríamos subir a un techo de una casa con un paraguas (esos que andan hoy circulando por la calle que ocupan toda la vereda y parte de la calle). Luego nos paramos en el borde, abrimos el paraguas y nos arrojamos al vacío, asegurándonos de que la superficie de aterrizaje sea blanda. La emoción sería similar a la de aterrizar desde un paracaídas o parapente.
Existen esos postes de luz, que tienen unos hierros sobresalidos, a modo de escalones. El juego sería subirnos con botas de pescador y doble guante para lavar los platos en cada mano, o sea bien aisladitos de la corriente. Luego arriba, deslizarnos por los cables hasta el otro poste. La emoción se asemejaría a escalar un pico altísimo en medio de una tormenta eléctrica.
Deberíamos aprovechar esos chaparrones furiosos que caen de vez en cuando, he inundan la ciudad. Entonces nos posicionamos en una calle con mucha pendiente, piloto amarillo anti-lluvia y piletita redonda para bebes. Nos colocamos paralelos al cordón y subimos a nuestro gomón improvisado. Tener cuidado con los vehículos todavía estacionados y con los colectivos que pueden llegar a circular, aún con una altura considerable de agua. La experiencia es similar a un rafting de nivel 3 y con grandes rocas como obstáculos.
En pleno auge de los deportes extremos, nos encontramos con el problema de que algunos quedamos afuera por los costos. En este espacio pretendo dar soluciones a este problema, para que TODOS disfrutemos de este boom y podamos matarnos por poca plata.
Una podría ser enganchar al tipo que limpia los vidrios de un edificio y proponerle por unas monedas que te suba hasta el quinto piso, para luego soltarte vertiginosamente en caída libre hasta el primero, donde "debería" tensar la cuerda y permitir un arribo suave al piso. La emoción que experimentaremos será similar a tirarnos desde un acantilado, con rocas esperándonos abajo y atados por los pies.
Sino podemos ir a algo menos peligroso. Que tal esos colectivos que tienen en su parte trasera un par de plataformas para pié y un par de manijas. Esto sería totalmente gratuito. Cuando el colectivo frena, uno se hace el distraído, como que va a cruzar por detrás y subiéndose a la plataforma se agarra de las manijas. Tendremos un viaje que mezclará dos emociones, la viajar en un descapotable a 200 Kmts por hora con la de viajar parado en el lomo de un elefante.
También podríamos subir a un techo de una casa con un paraguas (esos que andan hoy circulando por la calle que ocupan toda la vereda y parte de la calle). Luego nos paramos en el borde, abrimos el paraguas y nos arrojamos al vacío, asegurándonos de que la superficie de aterrizaje sea blanda. La emoción sería similar a la de aterrizar desde un paracaídas o parapente.
Existen esos postes de luz, que tienen unos hierros sobresalidos, a modo de escalones. El juego sería subirnos con botas de pescador y doble guante para lavar los platos en cada mano, o sea bien aisladitos de la corriente. Luego arriba, deslizarnos por los cables hasta el otro poste. La emoción se asemejaría a escalar un pico altísimo en medio de una tormenta eléctrica.
Deberíamos aprovechar esos chaparrones furiosos que caen de vez en cuando, he inundan la ciudad. Entonces nos posicionamos en una calle con mucha pendiente, piloto amarillo anti-lluvia y piletita redonda para bebes. Nos colocamos paralelos al cordón y subimos a nuestro gomón improvisado. Tener cuidado con los vehículos todavía estacionados y con los colectivos que pueden llegar a circular, aún con una altura considerable de agua. La experiencia es similar a un rafting de nivel 3 y con grandes rocas como obstáculos.
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